La Pastoral Juvenil encuentra en la parroquias un referente esencial, desde dónde se desarrolla el trabajo cotidiano con los jóvenes.

 

  Por lo general, se invita a los jóvenes a que se incorporen a sus comunidades parroquiales para que desde ellas -asumiendo el protagonismo activo que les corresponde- puedan participar de la vida de la Iglesia y vivir así su fe en grupos, dónde la amistad, la comunión y la participación, pone en juego los dones que Dios les ha confiado para el bien de todos.

 

  Somos conscientes de que asumir los valores del Evangelio, como fruto del encuentro con Jesucristo, no es tarea fácil para ningún cristiano... tampoco para los jóvenes. Por eso, estar vinculados a una comunidad parroquial les puede ayudar a vivir una experiencia de fe vivificante:

 

1) Experimental - 2) Transformadora y liberadora - 3) Coherente y testimonial 4) Comunitaria y 5) Participativa

 

 Que dure toda la vida, en continua conversión y maduración personal y comunitaria, que los lleve a la comunión y a la solidaridad, para transformar su propia historia y la de la humanidad, difundir el Evangelio, transformar las estructuras sociales, construir la civilización del amor y alcanzar la santidad.

 

"Jesús les dijo: No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán" (Mt 28, 10)